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Un día, en el Expreso Soria Monteverde,vi subir a un hombre con una oreja verde.Ya joven no era, sino maduro parecía,salvo, la oreja que verde seguía.Me cambié de sitio para estar a su lado y observar el fenómeno bien mirado.

Le dije: Señor, usted, tiene ya cierta edad, dígame, esa oreja verde, ¿le es de alguna utilidad?Me contestó amablemente: yo ya soy persona vieja,pues de joven sólo tengo esta oreja.Es una oreja de niño, que me sirve para oír cosas que los adultos nunca se paran a sentir:Oigo lo que los árboles dicen, los pájaros que cantan, las piedras, los ríos y las nubes que pasan, oigo también a los niños, cuando cuentan cosas que a una oreja madura, parecerían misteriosas.

Así habló el Señor de la oreja verde aquel día, en el Expreso Soria Monteverde

Gianni Rodari

 

 

 

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